En la columna titulada “El gobierno de la I+D+i”, publicada en el diario El País [1], el profesor de investigación del CSIC Carlos M. Duarte hace una crítica sobre algunas cuestiones que, a su parecer, lastran la gestión de la política científica española. Aunque suscribimos sus ideas referentes a una planificación a largo plazo de la I+D+i, en otros puntos el Sr. Duarte fundamenta sus opiniones en una serie de incorrecciones que merecen ser discutidas.

En primer lugar, atribuye a los jóvenes investigadores un “empeño” en profesionalizar la investigación que define como “egoísta” y “miope”. A este respecto, queremos confirmar que el carácter laboral de las tareas investigadoras ha constituido la principal reivindicación de la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios desde su constitución en el año 2000. Lejos de ser una fijación caprichosa, esta reclamación es compartida por la Comisión Europea que estipula desde 2005 el carácter profesional de la actividad investigadora tras la obtención del grado, a través de la Carta Europea del Investigador [2]. En España, este hecho se reflejó en 2011, cuando la inmensa mayoría de grupos parlamentarios aprobaron la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (LCTI) [3].

Lo que el señor Duarte no dice es que la labor de los jóvenes investigadores en la I+D+i siempre ha sido fundamentalmente productiva. El carácter formativo que atribuye a la actividad investigadora predoctoral para justificar becas en vez de contratos es una falacia, ya que la actividad científica requiere de una formación y especialización continua a lo largo de la carrera investigadora. Del mismo modo, es importante resaltar que un investigador con beca carece de coberturas de riesgos laborales, de los derechos básicos otorgados por el Estatuto de los Trabajadores o de los convenios colectivos, que no computa para el desempleo y, en el caso de becas no ligadas al doctorado, no cotizan en la Seguridad Social. Nos parece escandaloso que un científico defienda que otros investigadores tengan que desarrollar su labor sin los mínimos derechos propios de un trabajador.

Por otra parte, el señor Duarte afirma que el coste de un contrato duplica el de una beca. Sin embargo, un contrato laboral supone un incremento de entre el 30% y el 50% (manteniendo el poder adquisitivo del beneficiario), debido en parte a la necesidad de pagar la cuota patronal a la Seguridad Social, aunque las bonificaciones para I+D+i en vigor reducen ese sobrecoste notablemente. Hay que tener en cuenta, además, que la existencia de contratos laborales supone ingresos para las arcas de la Seguridad Social y para la Hacienda pública, ya que los contratados pagan IRPF, mientras que gran parte de las becas están exentas de hacerlo.

Finalmente, atribuir la caída de convocatorias predoctorales (que cifra en un 70% sin dar fuentes) a la LCTI es un sinsentido, puesto que la mayoría de las convocatorias predoctorales resueltas en 2012 se convocaron con antelación o con moratorias a dicha ley, por lo que han seguido acogiéndose al sistema de 2 años de beca + 2 años de contrato, anterior a la LCTI. Para averiguar los verdaderos motivos de esa caída, nosotros proponemos observar las convocatorias que se regían mediante contratos antes de la LCTI, como es el caso de las ayudas para trabajos de investigación de las Comunidades Autónomas de Castilla y León y de Madrid. En el primer caso, las convocatorias predoctorales han bajado en los últimos años de 100 ayudas anuales a 26, siendo el coste individual de cada ayuda el mismo. En el caso de Madrid, la última convocatoria de Personal Investigador de Apoyo data de 2008 [4]. La causa de esta reducción es la falta de voluntad política para apostar decididamente por la investigación. Señalar falsos culpables solo lleva a diluir la responsabilidad de los verdaderos, algo que no creemos sea la intención del señor Duarte.

[1] http://elpais.com/elpais/2013/01/17/opinion/1358432342_175424.html
[2] http://ec.europa.eu/eracareers/pdf/eur_21620_es-en.pdf
[3] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2011/05/12/actualidad/1305151204_850215.html
[4] http://precarios.org/dl1237

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Viñeta vía twitter por @f_ratonovich